Hacia la transformación de la educación
Gran parte del profesorado piensa, y tiene razón, que no hay renovación metodológica por la escasa financiación, la ausencia de formación especializada, la masificación de las aulas y la dificultad de disponer de tecnología avanzada. Estos motivos son reales, pero no suponen ningún obstáculo para el profesorado innovador que debido a sus características (inconformista, emprendedor, vocacional y con ganas de mejorar los resultados de aprendizaje de su alumnado) suele sortear dichos obstáculos. Pero, no obstante, a pesar de los miles de profesores que innovan no se produce ningún cambio apreciable en la educación. ¿Por qué?
Las verdaderas responsables del conservadurismo metodológico de la educación son de tres tipos: políticas, institucionales y del profesorado que innova:
- A mi modo de ver no se trata de hacer un gran pacto (que creo que sería muy bueno para la educación) bastaría con que los gobiernos entrantes y salientes se sentasen y vieran qué es lo que ha funcionado (para mantenerlo) y lo que no para mejorarlo. Lo cierto es que no parece un ejercicio difícil sobre el papel, aunque debe haber razones que se me escapan ya que no se suele hacer.
- La institución educativa también tiene su parte de responsabilidad en la inmovilidad del modelo educativo, al menos en su área de influencia. Bastaría con que se tuviese una visión corporativa de las mejoras a introducir, ver qué experiencias innovadoras de su propio profesorado lo consiguen, transferirlas, potenciarlas y ayudar a los docentes en su aplicación. Realmente se trata de implantar una espiral de mejora continua a través del empoderamiento de su propio profesorado.
- El profesorado innovador debe pensar en global y actuar en local. Una forma de hacerlo es centrarse en las metodologías y procesos educativos (que son los mismos en cualquier lugar y ámbito educativo) utilizar tecnología para mejorar o cambiar las metodologías, no al contrario.
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¿Por qué no cambian las metodologías educativas?